De los blancos a los beiges, que aportan claridad y amplitud. Los tonos suaves y pasteles, que favorecen ambientes cálidos.
Los Azules y Negros, que se distinguen por su sobriedad y elegancia.
Tonos Verdes que nos acercan a la naturaleza viva. Amarillos y rojos llenos de vida, de luz, energía. Ocres y Marrones, nos aferran a la tierra.
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